La casa se halla integrada en un paraje de singular belleza. La finca contiene cientos de chopos, algunos de ellos de un grosor y altura considerables y está atravesada por el río Buñol que sorprende por su transparencia y en el que se ha construido una represa natural que forma frente a la casa un pequeño embalse de aguas cristalinas.

Cultivos de naranjos en bancales, higueras, sauces, moreras y frutales de todo tipo rodean la alameda que a partir de primavera forma una extensión de sombra como no se encuentra en la comarca. Esta formación de bosque galería se extiende a lo largo de todo el río.

Tres saltos de agua, el río y los cuarenta chorros que fluyen de las balsas como una «kilométrica fuente» envuelven el paraje en un rumor de agua que más bien parece propio de otros climas más generosos que el nuestro en precipitaciones.

Fauna

En cuanto a la fauna, el particular entorno y microclima del paraje hacen refugio ideal de patos (ánade real o collvert), garzas reales, pollitas de agua, fochas y una innumerable variedad de pajarillos (ruiseñores, carricero común, zarceros, verderoles, zarcillos, martinicos, jilgueros, oropéndolas, petirrojos, papahígos, abubillas, lavanderas, martines pescadores, etc.) que sobre todo en verano y primavera pueblan todos los rincones de la finca.

Mención aparte tiene la extraordinaria colonia de abejarucos que anidan aprovechando el enorme talud que ha formado el río en este punto y que a partir de primavera cada tarde se preparan para pasar la noche en estruendosa algarabía.

También es reseñable el hecho de que en los últimos años y frente a la casa, en el talud rocoso, aprovechando las innumerables oquedades fruto de la erosión, se ha venido observando cómo anida una pareja de búhos reales que tiene su cazadero en la exuberante vegetación del bosque galería que se desarrolla en todo el río.

En cuanto a la fauna acuícola destacan barbos, madrilla y trucha arco iris de reciente introducción.

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